EL ESTADO NO PUEDE IMPONER EL IDIOMA

Hola amigos bloggeros, a partir de ahora voy a colocar aquí todos mis artículos que escribo para el blog grupolenguaurjc.blogspot.com para el que estamos realizando un trabajo de lingüística y política, os invito a que le echeis un vistazo.
EL ESPAÑOL EN ESPAÑA
Junio 2001
El castellano, ¿un idioma impuesto?Los caminos de la lengua
Los ecos de la polémica intervención del Rey en el acto de entrega del Premio Cervantes 2000 aún no se han apagado. Su doble afirmación de que “nunca fue la nuestra lengua de imposición” y que “a nadie se obligó nunca a hablar castellano” levantaron ampollas entre las fuerzas nacionalistas y, en particular, la segunda, un desmentido categórico por parte de escritores e intelectuales, sobre todo de izquierdas, incluidos los que utilizan la lengua castellana como vehículo habitual o exclusivo de expresión.
Fuera del ruido interesado y de algunas fórmulas maniqueas utilizadas, la polémica plantea de hecho dos cuestiones del máximo interés y de la máxima actualidad.
Una, la principal, es la que plantea la cuestión de si el castellano (o español) es y debe ser la lengua común de todo el pueblo de las nacionalidades de España, y cómo ha llegado a serlo, si fundamentalmente por “imposición” o por otras vías.
La segunda, también de gran importancia, es la de si ha habido o no, y cuándo y cómo, represión y persecución de las otras lenguas que se hablan en España.
Pueden leer el resto de la noticia en:http://www.uce.es/DEVERDAD/ARCHIVO_2001/11_01/30_castella.html
Quizás nuestro monarca, que curiosamente da nombre a nuestra Universidad, Rey Juan Carlos I tenga razón a la hora de decir que nuestra lengua nunca se impuso a la fuerza pero quizás, si preguntamos a los antepasados de muchos catalanes, gallegos, vascos, etc. pueden decirnos todo lo contrario.
Es cierto que hoy en día no se ha impuesto el castellano a la fuerza a ningún habitante de nuestro país pero los tiempos cambian y es sabido por todos que las condiciones de vida antiguamente eran mucho peores y por consiguiente, las represiones políticas eran mucho mayores.
Sabido es de sobra que en tiempos de Carlos I, Felipe II, Felipe III y sucedáneos, incluso podríamos añadir tiempos del Franquismo, se debía de hacer lo que las autoridades políticas mandaban. Antaño era sumamente importante el tema del idioma, se deseaba que un mismo territorio gobernado por un monarca se debía de hablar un mismo idioma. Debido al poderío territorial de aquellos tiempos que tenía la Corona Española el idioma castellano se fue extendiendo a rincones muy dispares del mundo y en España el idioma español no sólo era el oficial sino que era el obligatorio.
A lo que vamos, no se puede imponer un idioma por parte de la coacción de un Estado sino debe ser comunmente aceptado por todos los hablantes del mismo.
Ya sé que en su día reflexioné sobre un idioma único pero nunca abogué porque fuera impuesto por parte de la represión del Estado.
Podemos poner el ejemplo del dinero (véase la teoría del dinero de Carl Menger) (ya que mi licenciatura es de LADE+C.A.) para llegar a un idioma único comunmente aceptado y si nos damos cuenta cada vez más los hablantes de todo el mundo, por lo menos de Europa, América y Oceanía se interesan más por aprender inglés. Puede que sea éste el idioma que en un futuro sea comunmente aceptado por todo el mundo.
No obstante, hoy en día la Comisión Europea negocia sobre la base de documentos presentados en francés, inglés y alemán pero hace sólo 5 años se aceptaban también el español y el ruso. Con cual podemos deducir que cada vez se tiende a utilizar oficialmente menos idiomas.
Finalmente y resumiendo, voto por un idioma único pero nunca impuesto por la coacción estatal sino por el consenso de todos los hablantes de ese mismo idioma, puesto que si quisieramos imponer un mismo idioma por parte de la persuasión del Estado lo único que conseguiríamos sería un levantamiento y pugna social en contra del Estado.
Un saludo, Zmeckis
Junio 2001
El castellano, ¿un idioma impuesto?Los caminos de la lengua
Los ecos de la polémica intervención del Rey en el acto de entrega del Premio Cervantes 2000 aún no se han apagado. Su doble afirmación de que “nunca fue la nuestra lengua de imposición” y que “a nadie se obligó nunca a hablar castellano” levantaron ampollas entre las fuerzas nacionalistas y, en particular, la segunda, un desmentido categórico por parte de escritores e intelectuales, sobre todo de izquierdas, incluidos los que utilizan la lengua castellana como vehículo habitual o exclusivo de expresión.
Fuera del ruido interesado y de algunas fórmulas maniqueas utilizadas, la polémica plantea de hecho dos cuestiones del máximo interés y de la máxima actualidad.
Una, la principal, es la que plantea la cuestión de si el castellano (o español) es y debe ser la lengua común de todo el pueblo de las nacionalidades de España, y cómo ha llegado a serlo, si fundamentalmente por “imposición” o por otras vías.
La segunda, también de gran importancia, es la de si ha habido o no, y cuándo y cómo, represión y persecución de las otras lenguas que se hablan en España.
Pueden leer el resto de la noticia en:http://www.uce.es/DEVERDAD/ARCHIVO_2001/11_01/30_castella.html
Quizás nuestro monarca, que curiosamente da nombre a nuestra Universidad, Rey Juan Carlos I tenga razón a la hora de decir que nuestra lengua nunca se impuso a la fuerza pero quizás, si preguntamos a los antepasados de muchos catalanes, gallegos, vascos, etc. pueden decirnos todo lo contrario.
Es cierto que hoy en día no se ha impuesto el castellano a la fuerza a ningún habitante de nuestro país pero los tiempos cambian y es sabido por todos que las condiciones de vida antiguamente eran mucho peores y por consiguiente, las represiones políticas eran mucho mayores.
Sabido es de sobra que en tiempos de Carlos I, Felipe II, Felipe III y sucedáneos, incluso podríamos añadir tiempos del Franquismo, se debía de hacer lo que las autoridades políticas mandaban. Antaño era sumamente importante el tema del idioma, se deseaba que un mismo territorio gobernado por un monarca se debía de hablar un mismo idioma. Debido al poderío territorial de aquellos tiempos que tenía la Corona Española el idioma castellano se fue extendiendo a rincones muy dispares del mundo y en España el idioma español no sólo era el oficial sino que era el obligatorio.
A lo que vamos, no se puede imponer un idioma por parte de la coacción de un Estado sino debe ser comunmente aceptado por todos los hablantes del mismo.
Ya sé que en su día reflexioné sobre un idioma único pero nunca abogué porque fuera impuesto por parte de la represión del Estado.
Podemos poner el ejemplo del dinero (véase la teoría del dinero de Carl Menger) (ya que mi licenciatura es de LADE+C.A.) para llegar a un idioma único comunmente aceptado y si nos damos cuenta cada vez más los hablantes de todo el mundo, por lo menos de Europa, América y Oceanía se interesan más por aprender inglés. Puede que sea éste el idioma que en un futuro sea comunmente aceptado por todo el mundo.
No obstante, hoy en día la Comisión Europea negocia sobre la base de documentos presentados en francés, inglés y alemán pero hace sólo 5 años se aceptaban también el español y el ruso. Con cual podemos deducir que cada vez se tiende a utilizar oficialmente menos idiomas.
Finalmente y resumiendo, voto por un idioma único pero nunca impuesto por la coacción estatal sino por el consenso de todos los hablantes de ese mismo idioma, puesto que si quisieramos imponer un mismo idioma por parte de la persuasión del Estado lo único que conseguiríamos sería un levantamiento y pugna social en contra del Estado.
Un saludo, Zmeckis
2 comentarios
Creditos -
No me refiero a las palabras soeces y malsonantes que se repiten en los Medios de Comunicación Social, y que toda la vida se han considerado de mala educación.
Se evitaban delante de los padres y de los hijos.
Y si un niño las decía, se le corregía:
- No digas esa palabra que es muy fea.
¿Es que la buena educación ha dejado de ser un valor?
Hoy quiero referirme a hablar el castellano correctamente.
Algunos medios de comunicación social están deteriorando nuestro lenguaje.
En castellano el plural de las palabras terminadas en i y en u tónicas se hace añadiendo es.
El plural de rubí es rubíes; y el plural de tabú es tabúes.
Sin embargo con frecuencia se oye en los medios de comunicación social decir iraquís!, iranís, marroquís, israelís, etc.
Otra falta es hacer femeninas palabras en las que el femenino va en el artículo que precede. Se dice la estudiante, la testigo y no la estudianta, la testiga.
Lo mismo que no se dice el dentisto, el artisto, ni el periodisto, cuando se refiere a un varón.
También es frecuente una redundancia innecesaria.
Es frecuente oír todos y todas, españoles y españolas, alumnos y alumnas, etc.
En castellano el masculino incluye el femenino.
Si yo digo que un matrimonio tiene cinco hijos, incluyo también a las hijas.
Si yo digo que somos ocho hermanos, incluyo también a mis hermanas, porque hermano varón sólo tengo uno.
Ya se entiende que el masculino incluye el femenino.
Alguien dijo jóvenes y jóvenas. ¡Ridículo!
Se le consultó a la Real Academia Española sobre esto, y ésta fue la respuesta por medio de un mensaje electrónico: En español el masculino de los nombres apelativos, especialmente cuando se emplean en plural tiene la particularidad de incluir en su designación tanto a seres de sexo masculino como femenino. Así, cuando decimos 'los alumnos', podemos estar refiriéndonos a un colectivo formado no sólo por chicos, sino también por chicas.
Otra incorrección es decir las gentes, pues los colectivos ya son plurales.
Tampoco es correcto decir Lleida y Ourense hablando castellano. Lo mismo que decimos Turín y no Torino, y Londres y no London.
En cada idioma se deben usar sus propias palabras, a no ser que no la tenga como página web en Internet.
Pero no hay por qué decir e-mail pudiendo decir correo electrónico.
Sería deseable que los directores de la Real Academia de La Lengua Española y de Radio y Televisión Española procuraran que los medios de comunicación social cuidaran la corrección del lenguaje.
Jose Fco. Rivera -
En ningun caso estan justificadas las imposiciones, pero valga el ejemplo para hacer valoraciones. Los sistemas paternalistas tienen esas cosas, y no hace tanto, que nuestros padres te decian que era lo que tenias que estudiar, incluso ahora algunos siguen intentandolo, pero no es lo mismo, que hace 10 años tu padre te dijera que tienes que estudiar "Ingeniero en Programas de Computación", a que te hubiera obligado a estudiar "filologia hebrea".
Ambas son dignas, y hay que respetarlas y fomentarlas, pero una siempre dara mas provecho que la otra.